martes, 18 de septiembre de 2012

HUELGA INDEFINIDA

Estoy muy cabreada.
¿Qué pasa con toda esa gente que el año pasado se movilizó tanto?
Subestimaron al enemigo. ¿Pensaban que con unas cuántas huelgas sueltas y manifestaciones masivas se iban a echar para atrás?
Ahora lo sobrevaloran ¿Piensan que como el año pasado nada de esto funcionó el enemigo es irreductible?
¿Es que aún no nos hemos caído del guindo?
HUELGA INDEFINIDA es lo único que no se ha probado, y lo que realmente funcionaría si hubiera un seguimiento real.
Pero nos habéis dejado solos.
Tanto como os quejáis.
Tanto como lamentáis las políticas privatizadoras de la consejería y del ministerio.
La que nos va a caer es buena.
Y el enemigo sólo es invencible si nos damos por vencidos.
Nos habéis dejado sólos.
(Y no sigo porque estoy muy cabreada)

martes, 4 de septiembre de 2012

UN BUEN COMIENZO

Este año vuelvo a ser tutora. Tengo un grupo de tres años. Mañana tendremos una primera reunión con las familias.

Siento mucha ilusión, aunque también temores de que sea duro, tres años siempre es cansado y difícil.

He estado escaneando sus fotos y contemplando sus caritas.

Ya me he enamorado.
Creo que no hay mejor comienzo.

sábado, 21 de abril de 2012

UNA DECISIÓN MÁS QUE COMPRENSIBLE

Queremos cambiar a Kirikú de cole.
No sabemos si será posible, ya que para el nivel que va a cursar no ha salido ninguna plaza disponible, todo quedará pendiente de si liberan alguna o de si las amenazas del gobierno se cumplen para el próximo curso y aumentan la ratio.
 El gran problema es que el colegio en cuestión está bastante lejos de nuestra casa, habría que ir en tren y nos llevaría más de media hora de viaje. Supongo que cambiar a Kirikú de ambiente, hacer que abandone a sus amigos y tenga que hacer amigos nuevos, y la paliza que supone un viaje diario de ida y otro de vuelta son inconvenientes insalvables cuando un@ está satisfech@ con la educación que su hijo está teniendo. Y por eso mismo, porque mucha gente no comprende que no estemos satisfechos, han expresado su parecer en contra.
Y es que muy pocas personas sienten que tener a los niños y las niñas cinco horas al día sentados en sillas y mirando al frente les hace sufrir.
Muy poca gente entiende que hacer que unas criaturas de cinco, seis, ... doce años memoricen datos y datos sin sentido (muchos de ellos en inglés), sin poder descubrir el placer de investigar y de interesarse por algo libremente es desaprender.
Casi nadie parece comprender que hacer "lo que me mandan", en vez de pensar por mí mism@ y dialogar con mis iguales las reglas que rigen nuestra convivencia, crea personas dependientes, sumisas y sin capacidad de adaptarse de verdad a los demás.
Y casi todos dicen que soy una exagerada cuando digo que los niños y niñas en nuestro sistema educativo están perdiendo las grandes posibilidades de desarrollo y aprendizaje que ofrece la infancia. Y suelo escuchar:
 "todos vivimos esa educación y aquí estamos, no nos pasó nada malo".
Yo fui buena estudiante. Sacaba buenas notas y nunca daba problemas en clase. Aunque no me gustaba estudiar, tenía la capacidad de escuchar y comprender en el aula y luego defenderme en un examen.
Ahora echo la vista atrás y veo todo lo que me perdí: me sesgaron la creatividad, me hicieron insegura, no me enseñaron a buscar información, contrastarla, manejarla... Y creo que tuve suerte, por lo menos yo encontré la profesión que me gustaba; pero esos años atrás yo sufrí por culpa del colegio.
Y Kirikú ya está sufriendo. Quiere cambiar.
El cole al que queremos ir no sabe de notas ni de exámenes. No tienen libros de texto mas que para uso colectivo. Respetan el ritmo de los alumnos, procuran motivarlos de verdad, no imponen castigos, los niños dan cuenta de sus actos ante sus propios compañeros,...
Sabemos que no será ninguna panacea, ya que el sistema educativo tiene algo de obligatorio que a Kirikú no le va. Pero creemos que estará mejor, más respetado, más motivado. Y si además, su amiga de toda la vida (y futura esposa) también consigue cambiarse iremos todos juntos en el tren.
Quizá nos equivoquemos.
Pero vamos a intentarlo.